Feng shui en tu home office
En tiempos era una fantasía; desde hace algo más de un año, una obligación: ¿qué es? La adivinanza se resuelve rápido: hablamos del teletrabajo, algo tan controvertido como inevitable en estos tiempos que nos toca — y previsiblemente — nos tocará vivir. Ya estamos acostumbrados a los nuevos hábitos: disciplina, horarios rígidos, limitar las distracciones. Sin embargo, ¿hemos dado con el lugar adecuado para realizar nuestra tarea? ¿O seguimos saltando del salón a la cocina, de una mesa a otra; incluso alguna vez desde la cama? Urge poner orden.
En primer lugar conviene — como decía la gran Virginia Woolf — contar con una habitación propia; mejor aún con una puerta que podamos cerrar, con ventana y buena luz sería lo ideal. Tal vez tienes un despacho o estudio de estas características. Puede ser un cuarto de invitados, el cuarto de planchar, un vestidor o algo parecido.
Colocación correcta del escritorio
De acuerdo a la sabiduría milenaria del feng shui, la energía fluirá debidamente en tu home office si sigues una serie de indicaciones. Los expertos recomiendan tener una pared detrás de ti en lugar de una puerta o ventana; evita asimismo ponerte hacia una ventana, pues te distraerás fácilmente si lo haces. Respecto a la luz — que todo lo rige en nuestra vida — trata de que llegue por tu lado no dominante (si eres diestro que te llegue por la izquierda; si eres zurdo, al contrario). Dicho esto, hablemos de la silla: necesitas una que sea cómoda, la más confortable que tengas a tu alcance, idealmente ergonómica y con ruedas; evita la del comedor. Y una mesa con las dimensiones correctas según tu espacio, que cuente con espacio para el paso de cables. Determina el lugar idóneo para realizar tus videoconferencias vigilando la luz pero también la imagen que vas a mostrar, y ten en cuenta las conexiones eléctricas que vas a necesitar para tu teletrabajo.
Que los colores de tu entorno sean cálidos y suaves; mejor si puedes tener paredes blancas o beige, rosa o verde botella. ¿Tienes estantería? Lo mejor es que esté frente a ti o a un lado, no detrás de ti. Rodéate de objetos inspiradores: cuadros que te alegren. Y plantas vivas, que funcionan como ionizantes y contrarrestan la radiación de los aparatos eléctricos, además de limpiar el aire. Quítale las hojas secas: generan energía negativa. Y considera complementar su presencia con la aromaterapia: las esencias con tonos cítricos, romero, salvia y menta piperita fomentan la concentración, mientras la canela, rosa, menta y mandarina ayudan en la creatividad.
Tonos naturales inspirados en la naturaleza
Aunque disociar los espacios es más que aconsejable, si tu hogar no tiene esa habitación extra que necesitas, calma; algo podremos hacer. Trata por todos los medios de evitar el dormitorio: sirve para otra cosa (por mucho que grandes escritores como Proust u Onetti hayan producido lo mejor de su obra en la cama). Evita que en esa habitación del sueño haya mesas supletorias, documentos, ordenador, tabletas… móvil incluso. Ni teletrabajarás ni descansarás bien. No hará falta extenderse mucho en por qué evitar la cocina: existe el peligro de manchas, derramamientos… A menos que tengas una espléndida mesa fácil de limpiar, este tampoco es el lugar
Nos queda el salón. Es cierto que es una zona común, y que eso amenaza nuestra concentración, pero podremos con ello. Una vez más, buscaremos la luz natural y mantendremos el televisor lo más alejado posible de nuestra vista. Es importante tener muy a mano y bien ordenados los utensilios que necesitas; idealmente en una caja o contenedor, así si tienes que recoger para comer — ¿estás en la mesa del comedor? — , será rápido. Considerando que el salón tiene varios usos y que posiblemente lo compartas con otras personas, trata de mantenerlo ventilado para mantener la máxima concentración y bienestar. Vigila — insistimos — tu instalación eléctrica. Un salón tiene objetos decorativos: sería ideal que la gama cromática incluyera colores neutros (transmiten serenidad, estabilidad y confianza); azules claros (ayudan a conectar con las emociones y el crecimiento económico) o verdes suaves (favorecen la creatividad y el desarrollo de nuevas ideas). Recuerda: el blanco incrementa la actividad mental y por extensión, la concentración.
De nada sirve todo esto si descuidamos el orden y la limpieza, y los horarios; cuanto más estrictos sean estos, mejor.
Dedícale un tiempo a la decoración de tu casa y tu home office: incidirá directamente en tu desempeño y productividad, en tu salud física y emocional.
Y recuerda: tu espacio de teletrabajo eres tú.